Es probable que si Ud. estuvo visitando algunos de esos mercados/ferias callejeros le hayan ofrecido la posibilidad de adquirir un “Rolex” por 200-300 dólares. Ó aun más barato! Una verdadera “pichincha”. A los mejor si se tomó el tiempo de examinar más de cerca aquella supuesta ”ganga” habrá podido descubrir que la marca era en realidad ”Rollex” ó un ”Rotex”.
Alguna vez me explicaron tambien cual es la diferencia entre lo que está realizado en oro, lo que es “laminado” y lo más común, que es general y simplemente “bañado” en ese siempre llamativo y costoso material. Y también, por supuesto las imitaciones. De ahí aquello de que “no todo lo que brilla es oro”.
Generalmente lo que pone en evidencia los fraudes e imitaciones es el paso del tiempo. El tiempo es inexorable y al mísmo “tiempo” sirve para poner en evidencia las falsedades. Y esto es aplicable tanto a un mecanismo tan complicado y exigente como el de un reloj, como a un aparato electrónico ó de cualquier otra naturaleza.
En cuanto a lo que se refiere a la personalidad, muchas veces se confunde lo auténtico con el desenfado, la provocación, el descaro y hasta la grosería como si fueran expresiones de verdadera autenticidad. No creo que por ahí pase "la cosa" de lo genuino.
Claro, y no tan claro, en el mundo de las ideas, muchos son los que prefieren seguir comprando baratijas, exhibiéndolas como verdaderas joya ú obras de arte, antes que tomarse el trabajo de buscar y pagar el costo por aquello que es auténtico y verdadero.
De ahí aquel corto pero significativo texto evangélico que dice: “El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”. (Mat. 13:44)
martes, 30 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
