lunes, 30 de junio de 2008

El triunfo español

He celebrado con alegría el triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa 2008, o sea el Campeonato europeo de Selecciones. Después de 44 años España vuelve a erigirse en el "mejor de Europa".

Aunque soy hispano-hablante, y me siento muy latino, por ascendencia soy ítalo-francés. Pero hay algunas cosas, tal vez muy subjetivas, que me han llevado a "hinchar" por la selección española y hasta sentirme identificado con lo que ella ha representado bajo la dirección del "ilustre" Don Luís Aragonés.

He aquí algunas de ellas:

1.El juego desarrollado por los españoles, fue el fútbol, que aquellos que amamos ese deporte y lo consideramos un arte y una expresión estética, nos gusta ver. Siempre he dicho que el fútbol no se juega sólo corriendo y ayer se mostró, felizmente, que la habilidad todavía sigue teniendo vigencia.

2.Los que hemos jugado al fútbol y no superamos los 170 cms. de estatura, sabemos lo que significa jugar contra tipos que nos "sobran" en 10-15 cms, con todos los kilos a su favor que eso representa. Y eso se vió justamente en el partido entre España y Alemania. Los españoles tenían la selección más baja en estatura promedio de todas las representadas, mientras los teutones, como siempre basan su juego justamente en la fortaleza física.

3.Ya hice alusión al técnico español, y me parece que don Luís se merece un párrafo aparte. Con casi ¡70 años!, y cuando en el mundo occidental una persona con 30-40 años ya se lo empieza a considerar "viejo", don Luís ha mostrado que la EXPERIENCIA sigue teniendo vigencia y puede ser imprescindible para que los jóvenes encuentren la orientación necesaria para desarrollar todas sus capacidades, como lo ha demostrado el grupo de jugadores orientados por el "viejo" Luís Aragonés.

4.Ganó también el equipo de la humildad. Es bastante notorio, que en los últimos años, los alemanes se han vuelto un tanto arrogantes y engreídos. Hay que reconocer, que con muy poco los teutones siempre se las han arreglado para llegar a veces "demasiado lejos". Tal vez nosotros deberíamos aprender de ellos algunas cosas: organización, disciplina táctica, preparación fisica, pero más allá de eso, ver a un equipo o selección alemán(a), da realmente tristeza. Y creo que España, vía Aragonés, le ha traído una brisa de aíre fresco al fútbol como espectáculo. Y eso, en estos tiempos resultadistas, llenos de estadísticas y cálculos, de esquemas y precauciones, no es para nada intrascendente.

5.¡Cuántos fueron, periodistas incluidos, que hace bastante tiempo querían "echarlo" a don Luís de sus funciones de seleccionador! Su mayor estigma fue haber prescindido de los servicios del "venerable" Raúl, jugador, nada menos del Real de Madrid. Como "ignorante" que soy, siempre estuve a favor de don Luís en esto, porque me parece que Raúl desde hace un largo tiempo a esta parte, está bastante lejos de aquel gran jugador que alguna vez fue, ó simplemente apuntó a serlo, pero que tuvo la suerte de estar acompañado de grandes jugadores!

¡QUÉ VIVA ESPAÑA!

martes, 10 de junio de 2008

La verdadera riqueza

Esta historia se refiere a un aldeano que, cuando se estaba mudando de aldea, en un camino se encontró con un sennyasi. Como en la India llamamos a un hombre que ha alcanzado la iluminación y comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios su padre. Entonces se traslada de un lugar a otro como de una habitación a otra.

El aldeano le dijo: "Anoche soñé con usted. El Señor Vishnú me decía que abandonaría la aldea hacia las 11 y que me econtraría con un sennyasi errante. "Si el hombre te da una piedra preciosa que posee, serás el hombre más rico del mundo!" ¿Me daría usted la piedra?

El sennyasi revolvió en su pequeño zurrón y dijo: "¿Será ésta la piedra de la cual usted hablaba?" ¡El aldeano no lo podía creer, era el diamante más grande del mundo! "¿Podría quedármelo?"

"Por supuesto, la encontré en el bosque, es para usted".


Siguió su camino y se sentó debajo de un árbol. El aldeano tomó el diamante y permaneció todo el día en profunda meditación. Y al caer la tarde se dirigió hasta donde estaba el sennyasi, le devolvió el diamante y preguntó: "¿Podría darme la riqueza que le permite deshacerse de esta piedra preciosa tan facilmente?"

(Fragmento de "Medicina para el alma" de Anthony de Mello (1931-1987)