domingo, 20 de diciembre de 2009

Mirando al cielo


EN ESTOS DÍAS celebramos una nueva Navidad. Y con ella recordamos el nacimiento del Niño Jesús, cuyo nombre significa "Dios con nosotros". Según el relato evangélico, los primeros en recibir la "buena nueva" fueron unos pastores "que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño".

UN ángel del Señor se les apareció con gran resplandor, lo cual provocó en aquellos hombres un gran temor. Pero el ángel les dijo: "No temáis; porque he aqui os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que Cristo el Señor".

Y REPENTINAMENTE apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

"¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"
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EN estos días apareció un nuevo libro del escritor portugués José Saramago, titulado "Caín". Este es el segundo libro que este autor escribe con la intención de desacreditar la fe de los cristianos y de aquellos que sin serlo, también creen en un Dios. El primero lo tituló, pretenciosamente, "El evangelio según Jesús", cuando en realidad debería haberlo llamado "El evangelio según Saramago".

COMO ateo confeso, lo cual no es ningún delito, aclaremos, Saramago pretende erigirse en un "desmitificador" tenáz, defenestrando al Dios de los creyentes y por ende, atacando la fe de los mismos.

LA alternativa que nos puede ofrecer Saramago, y cualquier otro ateo, a una visión de lo humano, con una perspectiva espiritual y eterna como la que ofrece el cristianismo, por ej., pareciera que se reduciría a un hombre que para contemplar su existencia, se mira ostensiblemente su propio ombligo.

HEMOS visto como los pastores, hace dos milenios atrás, contemplaron absorto el canto de los ángeles anunciando el nacimiento del Niño Dios. La figura de aquellos hombres contemplando las alturas, y escuchando un mensaje de esperanza y de paz, contrasta precisamente con la visión "ombliguista" de dn José Saramago.

¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!